Con 15 años confeccioné una cazadora de piel tipo Aviador con ayuda de mi abuela modificando un viejo chaquetón de cartero. Pasaron 30 años hasta que volví a coger de nuevo las agujas para hacer un plumier en el que llevar mis estilográficas. Esa fue la primera pieza que inspiró la filosofía de Leatherman y supuso el renacer de mi vocación artesana. Diseño y confecciono piezas de piel únicas y personalizadas para cada cliente.