EPISTOLARIO
Querido amigo, Felipe Baeza Betancort
Querido amigo Felipe. Comienzo esta carta con dos términos que son contundentes: “querido” y “amigo” porque pocas veces y en tan poco tiempo dos personas pueden presumir de ser “queridos amigos”. ¿Qué paradoja verdad? Varias veces te he escuchado decir, con un cierto tono de pesar, que nos teníamos que haber conocido antes, pero yo no me preocupo tanto por eso y doy mucho más valor al hecho de haberte conocido. Y fíjate lo que nos ha unido: la poesía. Esa poesía que tú dices que abandonaste para dedicarte a lo urgente y no a lo importante, pero sea como sea, ha sucedido mi querido amigo. Nos hemos encontrado y nos quede el tiempo que nos quede en esta vida, es algo que nadie puede ya arrebatarnos y que nos llevaremos como regalo en el corazón. Felipe, eres uno de los mejores poetas que he conocido. No aludo aquí únicamente a tu obra, de la que conozco tan solo unos maravillosos poemas que has tenido la amabilidad de enviarme, sino a tu forma de vivir la poesía. Diría que la poesía es la que no te ha abandonado a ti mientras ibas a los juzgados, mientras hojeabas los libros de leyes, mientras estudiabas tus casos, mientras vivías la otra vida del poeta, la real, y es ahora cuando la poesía puede ser una compañía amable en este trance de tu vida. En ti he reconocido a un poeta discreto y humilde que ama la poesía, un poeta que no ha dejado de lado la realidad para desear otros mundos, un poeta que no quiso o no pudo ser poeta cuando la vida le “obligó” a elegir un camino pero que sabía que eso era una utopía sin base jurídica. Y a la luz de la obra sobre los nacionalismos que me has hecho llegar, puedo afirmar que eres un escritor en toda regla. Por eso querido amigo Felipe disfrutemos hoy de todo ello y escribamos juntos la poesía que no muere, la poesía de una amistad imprevista. “Un imprevisto es la única esperanza” decía Montale. Esperanza también es una palabra contundente. Un fortísimo abrazo y cuenta siempre con mi amistad en forma de oración ahora.​​​​​​​

Mensaje enviado a Felipe Baeza el 28 de julio de 2021, convaleciente de cáncer pocos meses antes de su muerte. DEP
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